Lo que no ha sucedido también tiene su historia.
BP
lunes, 13 de octubre de 2014
sábado, 11 de octubre de 2014
Un rincón al sur
Hay un rincón al sur de tus ojos, que cuando tiene frío susurra. Reclama abrazos.
He probado mil pinceles, y no hay manera de captar tu sonrisa tal como la recuerdo, ni tan siquiera sé si era así.
Hay un rincón al sur de tus ojos, que me ofrece calma. Que balancea mis miedos y es capaz de tender mis dudas al sol en días de tormenta. Para que la tinta se escurra, igual que tus dedos bajo mi camisa.
Hay una lista pequeña, de pequeñas cosas pendientes, que nos harían grandes y felices. Que abrirían las puertas de un plural a un singular. Nosotras suena mejor.
Hay postales. Hay buzones impacientes y miles de versos en audios que me hacen temblar y renacer. Cerrar los ojos a un mañana y pensar sólo en los kilos de azúcar que tiene tu voz.
Hay mapas que quisiera trazar contigo, desdibujando kilómetros, arropando playas. Ver en repeat la Historia interminable para que el Domingo nunca termine.
Hay un quizás, hay miles de declaraciones de amor que nunca llegué a enviarte. Hay margaritas que te dejan con la duda, pero decoran balcones. Y así es mejor.
Hay sin duda un millón de lugares donde volver a empezar. Donde crecer olvidando aquello que nos hirió, donde coger impulso para saltar más alto -y caerte a los pies-.
De todos ellos, mi querida en presente, yo elijo ese rincón al sur de tus ojos.
He probado mil pinceles, y no hay manera de captar tu sonrisa tal como la recuerdo, ni tan siquiera sé si era así.
Hay un rincón al sur de tus ojos, que me ofrece calma. Que balancea mis miedos y es capaz de tender mis dudas al sol en días de tormenta. Para que la tinta se escurra, igual que tus dedos bajo mi camisa.
Hay una lista pequeña, de pequeñas cosas pendientes, que nos harían grandes y felices. Que abrirían las puertas de un plural a un singular. Nosotras suena mejor.
Hay postales. Hay buzones impacientes y miles de versos en audios que me hacen temblar y renacer. Cerrar los ojos a un mañana y pensar sólo en los kilos de azúcar que tiene tu voz.
Hay mapas que quisiera trazar contigo, desdibujando kilómetros, arropando playas. Ver en repeat la Historia interminable para que el Domingo nunca termine.
Hay un quizás, hay miles de declaraciones de amor que nunca llegué a enviarte. Hay margaritas que te dejan con la duda, pero decoran balcones. Y así es mejor.
Hay sin duda un millón de lugares donde volver a empezar. Donde crecer olvidando aquello que nos hirió, donde coger impulso para saltar más alto -y caerte a los pies-.
De todos ellos, mi querida en presente, yo elijo ese rincón al sur de tus ojos.
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