lunes, 16 de febrero de 2015

Si no te hubiera conocido

Si no te hubiera conocido, asociaría el color verde a la selva y no al brillo de tu mirada.
Y mis manos se habrían quedado pequeñas y frías. Y tu risa no sería mi canción favorita.
No habría empatado en carreras de ascensores, ni sabría escuchar el silencio que puede esconder un rellano.

Si no te hubiera conocido seguiría pensando que el invierno es frío, que hay retos que no son alcanzables, que existen lugares más románticos que El Retiro al atardecer. Que para viajar no hace falta pasaporte sino ganas de romper brújulas sobre tu cuerpo -bajo las sábanas-. Y podría beber vino sin imaginarte -copa en mano- poniendo para mí esa canción.

Si no te hubiese conocido, querida, el mañana se proyectaría difuminado en mi cabeza, tu recitar no me habría llevado al orgasmo, seguiría fumando de más, y acumulando versos tristes en libretas -sentenciando que el amor no existe-. Abrazaría más botellas de ron que ocasos, leería a Salem sin desearte, y no sabría que en la nieve se pueden escribir secretos.

Seguiría creyendo que lo más bonito de tu pueblo es su catedral. Qué ilusa! Si no te hubiera dejado entrar, no habrías desvirgado mi buzón luso, ni habría jugado a las damas de madrugada, y el tacto de la franela sería aún mi preferido y no la piel que envuelve tus costillas. No podría soñar con tu voz, ni sentirme en las nubes si me miras.

No habría aprendido a bailar y mi país favorito no serían tus caderas. Y qué desperdicio de aeropuertos! Si por ti no fuera, la noche parecería oscura, echar de menos sería triste, y el tesoro de mis mapas no podría estar escondido entre tus piernas.






No hay comentarios:

Publicar un comentario