miércoles, 26 de noviembre de 2014

Eso te pasa por estar en clase una mañana como esta.
Por no sustituir los cuadernos por un vals
hoy que tanto llueve, y tantas ganas tengo
de mojarte hasta los pies.

Por no abrazar un instante a la locura
y volar hacia mí, y hacerme volar a tu lado.
Por no sonreír a dos centímetros de mi risa
y no dejar tus huellas en mi escote.

Eso, querida, te pasa por no jugar
a hacerme perder de vista el mundo
para encontrarlo, chiquitito y bien guardado
en la parte más ventral de tus muslos.

Por no hacer desaparecer todos los paraguas
las decisiones equivocadas, los riesgos.
Todo aquello que podemos perder
si salimos de esta, ganando.


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