Echarás de menos mis buenos días
cuando amanezca sin nubes,
y sin esa cita al mediodía
de casi todos los lunes.
Cuando tengas que cerrar los ojos
para recordar mi perfume
y ya no puedas reír con mi risa
ni decirme que mejor a la sombra.
Aún no lo sabes, es cierto,
pero me echarás de menos
cuando sople un viento del sur
y lleve hacia tus acantilados mi voz.
Que te relate -al detalle- mis sueños
encontrar tu mirada reflejada
en el mar de los mis ojos
-que no merecen ser vistos desde fuera-
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cuando de sobras sabes
que yo ya sé quien ganará
sonreír -y reír- si ha sido un buen fin de semana.
Las rutas a la estación
para apurar los minutos
para escondernos de un mundo
que (se) nos presentó comunicando.
Las disertaciones sobre el amor
la nostalgia, las amantes, el olvido,
y todo lo que tenga que ver
con versos -con un irreal tuyyo-.
Esos estallidos espontáneos
de sinceridad desde dentro,
y tus caras de quiero-pero-no-debo
soñando con un lunes sin fin.
Hacer más horas de camino
que las que dura una clase
que nos saltamos un día si otro también
pero que eran coartada y excusa.
Echarás de menos, sin saberlo,
leer mi nombre en la pantalla
siempre que llueva y no estés
siempre que quiera que llueva(s).
No lo sabes aún, pero tal vez sientas
un vacío de vuelta y tardes
de autopistas cantando Sabina
y reír a carcajadas tentando al deseo.
Un hueco de versos prohibidos
de lluvias sobre mojado
de imaginar tu cuerpo y el mío
danzando frente a chimeneas.
Quizás no identifiques el ronroneo
de antes de caer dormida
-cuando duermas sola-
melodía de lo que no sucedió.
A lo mejor tienes miedo
-todos tenemos monstruos de olvido-
y dudas si tengo palabra,
si cumpliré mi capaz -lo haré al pie de la letra-
Posiblemente te sorprendas
estirando los brazos
y yo no pueda abrazarte
sin alas por caducidad
Incluso es posible que te
sorprendas pensando en mí
cuando otras manos te pinten
la piel, el sexo, y las dudas.
Echarás de menos mis buenas noches
si estoy de guardia y no tengo un minuto
para dejar de atender vidas y atender la mía
y me sueñes con la luz encendida.
A veces me das ganas de llorar, otras de gritar...a veces las dos cosas a la vez!... será que después de todo, todas las historias son las mismas repetidas, y tan únicas para cada uno de nosotros?
ResponderEliminarRepetidas y únicas en una misma frase ya refleja la locura de amar ;)
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