sábado, 24 de mayo de 2014

Llena -del todo-

No deseo otra cosa más que
que me pongas de espaldas al mundo,
que no pueda ver pasar los trenes
y resbalen tus caricias hasta mis tobillos
recreándote donde sabes encontrarme.

No hay nada que me haga vibrar más
que que pintes en mi piel amaneceres
y te frotes conmigo incansable
y formemos eclipses de luna
-llena, del todo-

No sueño más que con la idea que
tus pies descalzos busquen mis pies
y el resto de nuestros cuerpos sea uno
bañado en mares que surfearía ayer.

Y no imagino razones
que puedan alejarte de mi cama
si mi almohada -y el rincón entre mis piernas-
te reclama como si no hubiera un mañana.



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